BULTACO

Bultaco, historia de una gran marca

Cemoto, Compañia Española de Motores, se funda con 19 personas, 19 entusiastas (Joan Chalamanch, Albert Nomen, Josep Nomen, José Fèlix Asequell, Jaume Mas, Josep Sol, Paco López, Joan Prat, Josep Maria Nogué, Tomàs Salafranca, Marcel Cama, John Grace y otros), que en unas difíciles condiciones se lanzan a la creación de la nueva marca, siguiendo el lema de Don Paco: "El mercado sigue a la bandera de cuadros".

El origen de Bultaco se remonta a mayo de 1958, más concretamente al 17 de mayo de 1958. 

La primera moto

La primera Bultaco se gestó en la masía de San Antonio, en homenaje a la cual se bautizó el motor, allí fue donde el núcleo fundador se recluyó y desde un papel en blanco realizaron el primer prototipo.

El prototipo estuvo listo en solo cuatro meses y el 24 de marzo de 1959 se presentaba a la prensa la Tralla 101​, la primera Bultaco.

Apenas tres semanas después, concretamente el 19 de abril de 1959, participó en su primer Gran Premio del Campeonato Español de velocidad (Montjuïc), ocupando siete de los diez primeros lugares, iniciando así una carrera de éxitos que duraría hasta el día de su cierre.

Y llegaron los malos tiempos

La fuerte crisis que sufrieron los EE.UU. provocó el aumento del precio del petróleo y el debilitamiento de la economía estadounidense.

Esto, unido a la entrada de las marcas japonesas en el mercado motociclista americano, provocó un giro fatídico en las ventas de la marca catalana, que empezaron a bajar en ese país.

Las convulsiones socio económicas ocurridas después del fin de la dictadura en España dejaron la empresa tocada de muerte.

En abril de 1976, pocos meses antes de trasladarse a una nueva fábrica en Sant Adrià, la empresa sufrió su primera huelga y tuvo que cerrar durante varios días. 

El cierre definitivo

En 1977 Bultaco era el primer fabricante del sector en España y el segundo en Europa, con un nivel de exportación del 44,55% de una producción anual de 22.000 unidades y unas ventas de unos 9 millones de euros.

Bultaco reconocía que se habían cometido muchos errores, por lo que, en mayo de 1978 comenzaron los problemas laborales serios. A partir de ese momento, los hechos se precipitaron y diversos problemas comerciales, financieros, laborales y de todo tipo acabaron provocando el fin de la empresa, teniendo que cerrar en 1979.

Los trabajadores, que se constituyeron en cooperativa laboral, reanudaron las actividades en 1982, pero la realidad se impuso y Bultaco cerró definitivamente en 1983. 
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